Pinto para proporcionar pruebas, para mí y para los demás, de existir en determinados momentos del tiempo. Pinto para capturar, documentar y preservar recuerdos. Traduzco la esencia de los momentos a través del color mezclando la poética de personas y lugares. Vuelvo a contar historias a través de diversos métodos de creación de marcas usando pintura, collage, bocetos y escritura. Este proceso preserva los recuerdos como "mapas" tangibles. A menudo yuxtapongo estos mapas de memoria con leyendas breves que forman la base de los colores que mezclo.
Pinto para recordar. A través de cambios sutiles en los colores o gamas de colores contrastantes, intento crear algo familiar y, al mismo tiempo, algo completamente esquivo e intangible, como una palabra olvidada en la punta de la lengua. Mis colores se mezclan y rebotan entre sí. Hablan de la historia ambigua de una persona o lugar. Esta vaguedad se complementa con detalles específicos en mis escritos, que, si bien se centran en la identidad singular y los tiernos detalles de un momento, dejan mucho a la interpretación de los espectadores.
El color es lo que veo cuando escucho música, pruebo vino o leo los títulos de cuentos. Así es como descifro nuevos lugares cuando viajo y las personas que conozco en el camino. A través del color intento remediar la nostalgia; Mis pinturas son los barcos que transportan a los espectadores atrás en el tiempo, para que puedan encontrar un momento una y otra vez.